Arte público: una manera de conectarse con el otro

Foto: Lisandro Gallo

Foto: Lisandro Gallo

Pareciera que el espacio privado va avanzando por sobre el público: cada vez es más difícil encontrarse en un espacio común y compartido con otros, más difícil disfrutar de tiempo de ocio y esparcimiento en lugares públicos, más difícil acceder a la cultura sin pagar una entrada. El arte visual es siempre un vehículo de alcances impensados, un espacio para vincular comunidades, subjetividades y maneras de pensar. Fundamentalmente, el arte es comunicación, hacer común a todos lo que parece desarticulado, desmembrado.

El arte callejero cristaliza en un único gesto esta visión de expresión libre, gratuita, y perteneciente a todos los que lo miran con ojos abiertos a sus mensajes. Desde hace varios años, San Telmo es un barrio elegido por grafiteros y artistas “urbanos”, y este año recibió una nueva tanda de imágenes y firmas frescas.

“Jota Amor” es un grafitero que pinta en San Telmo (aunque, como muchos artistas urbanos se pueden ver sus obras en otras ciudades, incluyendo París). Su último grafiti del barrio forma parte de un conjunto de pintadas de distintos artistas en la esquina de Humberto Primo y Bolívar. Y como suele pasar en este ámbito, le gusta trabajar en grupo.

“Es mucho más rico pintar con otros grafiteros -dice-. Se abarca más espacio, se comparte con alguien: te comunicás con alguien para después comunicarte con muchos otros. Es libertad y acción compartida. No se trata sólo de un objeto artístico; importa la obra pero también importa la acción colectiva, es un gesto comunitario”.

Foto: Lisandro Gallo

Foto: Lisandro Gallo

Foto: Noah Sidman-Gale

Foto: Noah Sidman-Gale

En sus palabras se escucha la distancia entre el estar solo y estar acompañado, el monólogo y el diálogo, la galería y la calle -tensiones que diferencian el arte público del arte privado-, aunque tanto Jota Amor como otros artistas urbanos trabajan en tela y otros medios que no son muros públicos. Hoy, de hecho, es común que artistas callejeros sean contratados para hacer trabajos en paredes interiores, como también es cada vez más común que galerías y museos busquen exponer las obras de artistas callejeros.

Ignacio Sourrouille o “Naso” es fotógrafo y artista plástico, y pinta murales desde la década del ‘80. Por supuesto, también lo hace en San Telmo, donde vive (sus obras se pueden ver en el (ex) Centro Cultural Plaza Defensa y en la Avenida San Juan entre Bolívar y Defensa.

Sobre el arte público dice: “Me gustó siempre el arte fuera de los museos, el arte popular, en las calles. En el ‘85 militantes del Partido Obrero (PO) me llamaron para hacer un mural político, y ahí me di cuenta de que me gustaba pintar sobre los muros”. Empezó a abarcar más medios que las fotos y la plástica y hasta llegó a pintar en Nueva York en los ’90 con el colectivo artístico Por El Ojo.

“Me parece genial ir caminando por la calle, deprimido, o pensando en cualquier cosa y ver arte en un muro. Creo que es fundamental el acceso de todos al arte, que no esté sólo en la galería burguesa”.

Foto: "Naso"

Foto: "Naso"

Foto: "Naso"

Foto: "Naso"

Jota habla del arte vivo para distinguir el de la galería del de la calle: “El grafiti no es un objeto inanimado. Es arte vivo, porque la ciudad está viva, las personas están vivas. El arte en la calle es arte que se resignifica todo el tiempo. Uno pinta y después alguien escribe ‘aguante Boca’ (al lado) y con ese gesto se está apropiando de la obra, está participando de ella. Ahí, además, ya está sucediendo la comunicación, el vínculo”.

Foto: Lisandro Gallo

Foto: Lisandro Gallo

Foto: Noah Sidman-Gale

Foto: Noah Sidman-Gale

Naso también remarca la importancia de la comunicación, del contenido de la obra: “Deseo que el arte esté en las calles, pero como arte que transmita algo. (Tendría) que haber una ideología, algo para decir y algo para aportarle al mundo. Sino se trata simplemente de una cuestión de ego”.

Frente al avance de lo privado en el mundo creativo, uno podría elegir ver otras cosas: las calles de la ciudad que nos hablan, las pintadas, los stencils, los murales que nos acercan a otros desconocidos. Los muros son quizás un lugar de resistencia al individualismo, y tenemos la suerte de vivir en un barrio que está lleno de colores.

—Lisandro Gallo

Foto: Lisandro Gallo

Foto: Lisandro Gallo

Jota Amor: www.artejarte.tk / [email protected]

Ignacio Guillermo Sourrouille busca un muro (o dos) para realizar su próximo mural. Si alguien sabe de un espacio disponible, por favor contactarlo: 4361-9851 o [email protected]

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