Egle Martin – La negra conjetural

Ojos deslumbrados por el fuego, piel cetrina en un cuerpo de tigresa salvaje, boca de fresa.

Egle Martin era una “negra conjetural”. Todos la llamaron «la negra» y ella respondía siempre bailando en corro para convocar a los dioses. 

Egle Lucía Martínez Furque nació el 17 de junio de 1936. Fue declarada Maestra de la Cultura Argentina por el Instituto Nacional de Antropología y el Pensamiento Latinoamericano y Madrina de la Asociación Argentina de Capoeira; también considerada la diosa del candomblé en las «llamadas» de los domingos en el Parque Lezama.

Desde los siete años cursó estudios de ballet en el Teatro Colón: era una negra conjetural y una diosa precoz del deseo. A los catorce años participa en la película “Esta es mi vida” con Miguel de Molina y a los quince es elegida Reina de Belleza, perturbando con su encanto salvaje a un ministro de turno; para escapar de sus garras viajará a Chile donde debuta en la comedia musical. 

En 1956 deslumbra en el teatro de revista de Buenos Aires, siendo la primera vedette que cantó y creó sus propias coreografías, puestas en escena, escenografías y vestuarios. Egle fue la creadora en la Argentina de la Revista Moderna.

En cine protagonizó “El asalto”, con un gran elenco, dirigida por Kurt Land y “Los Orilleros” sobre la obra homónima de Jorge Luis Borges. La Negra y su salero van a perturbar a Daniel Tinayre con quien protagonizará “El rufián” y “Extraña ternura” donde canta un tema compuesto para ella por Astor Piazzolla: Graciela Oscura. 

“Ojuda, pestañuda y labiuda enloquecía a los hombres” escribió Horacio Verbitsky. Se le adjudicaron romances con el actor, empresario y autor teatral Enrique Guitart -muchos años mayor que ella-, el dibujante Divito, Lalo Schifrin y también Astor Piazzolla caerá frente a sus encantos; el “Gato” compone, junto a Horacio Ferrer, la ópera “María de Buenos Aires” -dedicada a ella-. Pero Egle vivía un romance con Lalo Palacios, abogado y estanciero, quien será el padre de sus hijas Bárbara y Alejandra. Su casa se constituye en epicentro de encuentros con músicos de jazz convocados por Dizzy Gillespie y de la Bossa Nova con Maysa Matarazzo, el pianista Luis Eca y Vinicius de Moraes. Vinicius y Toquinho componen “El turno del dombe – con un saludo a Egle Martin”.

En 1965 comenzó a trabajar en una pequeña escuela de Samba de Santo Tomé en la Provincia de Corrientes, colaborando con la organización y realizando vestuario, coreografías, temas musicales y carrozas. Así nació “La Marabú”, una de las agrupaciones más importantes del carnaval correntino. También “La Negra” investigaba, junto a Abelardo Castillo, acerca de la presencia africana en Argentina. Con Adolfo Ábalos indagó sobre el bombo legüero santiagueño, llamado “bembe” en África.

Su sensibilidad para la captación de lo afroamericano la llevó a convertirse ella y el ritmo de su música y su danza en una unidad de sentido. Egle Martin organizó los desbordantes desfiles populares de candombe con más de cuarenta bailarines y tambores, que congregaron a miles de personas en el barrio de San Telmo.

Con Yeda Pessoa de Castro -Directora del Museo de Ciencias Africanas y Orientales de Bahía, Brasil- profundiza su conocimiento de los misterios de la cultura y la espiritualidad africana. Va a escenificar en Palladium su espectáculo “Ritos y candombes” donde da forma musical al resultado de sus investigaciones sobre los ritmos africanos en el Río de la Plata. Le sigue el Taller “Los ritmos en América” donde presenta por primera vez en Argentina capoeiristas de Bahía, el único arte marcial que pervive de África en Occidente. 

En 1996 “La Negra” presenta en La Trastienda “Candombegle”, concierto coreográfico y musical étnico antropológico hecho en base a ritmos populares entremezclados con tangos, milongas y candombes, en bases rítmicas ancestrales, de la mano de Charlie Bresser, arreglador, director musical y ejecutor de varios instrumentos autóctonos que Egle coleccionó durante años.   

El fin del siglo encontró a Egle en la calle, entre la gente, danzando el fin del año al frente de los candomberos en el anfiteatro del Parque Lezama. En el año 2000 presenta en la Feria del Libro «El Negro en Latinoamérica. Afirmación o Negación”. Egle Martin era una negra conjetural. 

En el siglo XXI, Egle se convirtió en un aglutinante de la música negra en Argentina y armó una deslumbrante banda de “Afrojazz” con su hija Bárbara Palacios en canto. Su casa chorizo de la calle Río Cuarto se convirtió en refugio cuando pasaban por Buenos Aires Dizzy Gillespie, Hermeto Pascoal, Gilberto Gil, Charles Mingus, Naná Vasconcelos. Con sus sesiones de improvisación se gesta en esa casa una escuela de formación multidisciplinaria donde, acompañada por su pareja Charlie Bresser, dicta clases magistrales de música y produce material para investigación de ritmos africanos. 

Egle Martin será nombrada Madrina de la Asociación Argentina de Capoeira y la Presidencia de la Nación, la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología la distinguieron por su encomiable labor como “Maestra del Arte y la Cultura Argentina”.

Era una negra conjetural.

El 15 de agosto de 2022, su hija Barbarita Palacios escribió: 

“¡Tengo que contarles algo muy grande, tal vez lo más grande que me haya pasado en la vida. Ayer al mediodía, en su casa, en su cama, con sus perros, sus plantas y sus tambores partió mi mamá, la negra Egle Martin!”.

“Al mundo entré descalza, forzando la puerta falsa, con padres desconocidos. Yo soy un montón de trapos, acunada por los sapos que croan en los baldíos”. “Graciela Oscura” letra de Ulises Petit de Murat.

                                                           Texto e ilustración: Horacio -Indio- Cacciabue

Egle Martin organizó los desbordantes desfiles populares de candombe con más de cuarenta bailarines y tambores, que congregaron a miles de personas, en el barrio de San Telmo.

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