Norberto Gonzalo, actor, director y fundador del teatro “La máscara”

Tengo la obligación de ser optimista”

Es sábado a la noche en San Telmo. Hace frío y llovizna. Sin embargo, en la puerta del teatro “La máscara”, la cola para ingresar ocupa la vereda de Piedras al 700. Los espectadores vamos a ver “Stéfano”, la obra escrita por Armando Discépolo y dirigida por Osmar Núñez.

Norberto Gonzalo es el protagonista, cuyo papel da nombre al título de la pieza. Es un inmigrante y músico italiano que llega a la Argentina con la ilusión de realizarse como artista y concretar el deseo de componer una ópera; pero los avatares del destino y del entorno social y político el país, van socavando sus sueños, como artista y como hombre.

El teatro está lleno. Jorge Paccini -quien interpreta con solvencia al padre de Stéfano- se luce en escena, al igual que todo el elenco que se completa con Elena Petraglia, Paloma Santos, Patricio Gonzalo (hijo de Norberto, con quien comparte el escenario por primera vez haciendo de padre e hijo), María Nydia Ursi Ducó, Lucas Soriano y Pablo Mariuzzi.

Después de casi dos horas en las que los actores dejan todo en el escenario, reciben aplausos prolongados. Después de la función hay sonrisas, cálidas felicitaciones y abrazos efusivos entre los actores y el público.

Unos días después, Norberto Gonzalo me recibió en su teatro, cuya sala es coordinada por su esposa Ana Vinuesa.

¿Cuándo supiste que querías ser actor?

® Desde chico. Vengo de una tradición familiar hacia lo artístico. Mi vieja se dedicaba al folklore; ella me llevó a “El rodeo” -círculo tradicionalista de Bernal- donde me formé como bailarín folklórico y, cuando egresé, comencé a dar clases de danza. A finales de los años sesenta o principios de los setenta formamos un grupo llamado “Los duendes del bombo” y viajamos por el mundo haciendo un show ‘for export’. Luego me puse a estudiar teatro. Más adelante dirigí “El médico a palos”, de Moliere, y durante años integré el elenco de la Comedia Nacional en el Teatro Nacional Cervantes, al que mostrábamos por dentro y por afuera. Hice “Hamlet”, junto a Rodolfo Bebán, así como también “Las del barranco”, con Eva Franco. Siento una gran admiración por los grandes de la escena nacional como Flora Steinberg, Agustín Alezzo, Alejandra Boero, Alfredo Alcón, Juan Carlos Gené, Carlos Carella, entre tantos otros. Mirá las vueltas de la vida, el actor que hace de mi padre ahora -Jorge Paccini-, fue compañero mío en “Orquesta de señoritas”, obra que estuvo en cartel durante 20 años (en total, con breves interrupciones).

¿Cuándo creaste “La máscara”?

® Hace 22 años que la inauguramos en nuestro barrio pero anteriormente, la sala con ese nombre, había estado en Almagro y antes de eso, en Paseo Colón y Belgrano -donde ahora está el teatro Colonial-. Su nombre está dedicado al homenaje de aquella “Máscara” de los años cincuenta que conformaron Agustín Alezzo y Alejandra Boero, entre otros. “Porque este nombre simboliza una lucha emblemática y un legado histórico, el teatro independiente… Porque quisimos que el homenaje tenga forma de teatro… Porque queremos seguir luchando”. Esos son los principios de la sala, que figuran en el banner a la entrada de Piedras 736. “La máscara” fue, además, la primera sede de Teatro por la Identidad, allá por el 2000.

En televisión Gonzalo hizo éxitos como“El rafa”, “Una voz en el teléfono” o “Campeones”, muchas telenovelas en la época de Alejandro Romay en Canal 9 y también participó en “Clave de sol” y “Montaña rusa”, en el 13, que le valió el reconocimiento nacional. “Muchos todavía me dicen ¨lo vi en Pelito¨” (la tira dedicada al público juvenil donde surgió Adrián Suar) en la década del ochenta”, recuerda el actor, al que sus amigos llaman cariñosamente “Bocha”.

¿Quiénes son tus referentes?

® Marlon Brando, Al Pacino, Kenneth Branagh y, entre los argentinos, Alfredo Alcón, un ser “salvajemente sencillo”, que representa a todos los actores. Nuestros grandes de la escena, como el clan Aleandro (Pedro Aleandro, Maria Luisa Robledo y sus hijas, Norma y María Vaner).

¿Cómo ves la televisión en la actualidad?

® Vengo de la época de los ciclos de David Stivel que hicieron historia, como“Cosa juzgada”, algo que nunca recuperamos, no solo porque se dejó de hacer ficción en la Argentina sino porque resulta más barato comprar latas turcas -o yanquis o españolas, de donde sean- que producir un capítulo nuestro. Eso habla de nuestra soberanía nacional.

¿Qué tenés en cuenta a la hora de programar las obras?

® Priorizamos los autores nacionales o rioplatenses, que tienen que ver con nuestra identidad.

Los sábados a las 18 horas hacemos un ciclo de teatro breve para el cual está abierta la convocatoria de obras de no más de 30 minutos. Desde el 2016 al 2018 hicimos “Teatro desocupado” y cuando se fue el macrismo lo llamamos “Teatro de la reconstrucción”. La idea es reconstruir una temática más amplia; junto con mis compañeros, formamos un equipo que colabora con la programación. En el caso de “Stefano”, hay un compromiso fuerte con el autor del grotesco; yo soy hincha de Discépolo, pero es difícil llevarlo a escena. Es un desafío dirigirlo, pero cuento con un grande como es Osmar Núñez.

Antes de “Stéfano”, Gonzalo produjo, protagonizó y dirigió “El pescado sin vender”, obra que le valió una nominación al premio ACE en 2017.  Se trataba de un homenaje a Anthony Hopkins y a Jack Nicholson, que combinaba teatro, cine y música en vivo, a cargo de Gerardo Amarante. El afiche de la obra aprovechó su sorprendente parecido físico con Anthony Hopkins en una foto ensamblada con el perfil derecho del actor inglés y el lado izquierdo de Gonzalo, que parece la imagen de una misma persona.

En cine actuó en “Aterrados” (2018) junto a Maxi Ghione y Elvira Onetto, una película de género fantástico, dirigida por Demián Rugna, que estuvo dos años en Netflix.

¿Conociste a Arthur Miller en persona?

® Sí, yo estaba haciendo “La muerte de un viajante”, junto a Daniel Marcove y Fabián Gianola, dirigida por el talentoso Julio Baccaro. En un viaje del famoso autor de la obra a Buenos Aires, Miller, fue a ver nuestro ensayo general en el teatro IFT. Un tipo bárbaro, sencillo, un “anti-sistema”.

¿Cómo es tu relación con San Telmo?

® Tengo una relación afectuosa con el barrio. Soy habitué del Británico; vivo en Brasil y Paseo Colón, frente al parque Lezama que es el único parque sin rejas que nos quedan en la ciudad. Estamos convocados a defendernos frente a los embates contra el barrio, como lo fue la demolición de la Escuela Taller del Casco Histórico.

Además de actuar y dirigir, el “Bocha” tiene una activa participación en su gremio: fue Secretario General de la Asociación Argentina de Actores durante dos mandatos y formó parte de la creación de la Sociedad Argentina de Gestión de Actores Independientes (SAGAI), proyecto presentado durante la gestión del presidente Kirchner y promulgado por Cristina Fernández. “Me considero un militante: creo que a la larga o a la corta va a triunfar nuestro movimiento” destaca el actor, reconocido por su militancia política.

Sos un optimista…

® Tengo la obligación de serlo. Son dos proyectos de país: el otro es el de los poderosos medios hegemónicos con sus fake news, producto de una política ideológica que es una confirmación de voluntades e ideas. Debemos hacernos cargo de encarar la batalla cultural y cumplir con la promesa que se tomó con el electorado.

Texto y fotos: Diana Rodríguez

Norberto Gonzalo con su mujer Ana Vinuesa, coordinadora de sala.

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