¿Se puede volver al servicio de tranvías en San Telmo?

En respuesta al pedido de Isabel Bláser, la directora de este periódico comunitario y como ingeniero vial y vecino, evalué las posibilidades de instalar un servicio tranviario que recorra los barrios de San Telmo y La Boca.

Las primeras preguntas que surgen son: ¿Qué obras habría que hacer? ¿Se podrían usar las viejas vías y los viejos coches?

Para los vecinos de San Telmo, este sería un servicio muy útil en el contexto actual, ya que fueron levantadas cuatro líneas de colectivos que circulaban por el barrio: 22, 24, 28 y 126. Este cambio obliga a los vecinos a caminar más, así que con el tranvía tendríamos un transporte mucho más cercano. También sería un atractivo turístico y una oportunidad para sumar un beneficio al barrio.

La propuesta pasa por responder también otras preguntas: ¿Se puede tener un tranvía que recorra San Telmo-La Boca? Con respecto a San Telmo, la respuesta es afirmativa. El barrio de La Boca, en cambio, aunque podría estar incluido, pronto va a contar con el Metrobús que pasará por una de sus arterias principales -Avenida Alte. Brown-, cuya construcción está en marcha.

Para la concreción de este proyecto se podrían aprovechar los trabajos que desarrolla en este momento el Gobierno de la Ciudad a través de la Secretaría de Transporte y Obras Públicas, a cargo de Manuela López Menéndez (Licenciada en Economía egresada de la Universidad Católica Argentina), llamados “Renovación del Casco Histórico”.

Esta propuesta, sin embargo, no tiene relación con el slogan “La transformación no para”, pero varios objetivos de esta renovación son propicios para la propuesta de instalación del tranvía. Por un lado, el cambio de calles vehiculares a peatonales, con pisos en base a viejos adoquines; por otro lado, se alienta el turismo, la gastronomía, el comercio y la actividad cultural.

Estas obras de “renovación” cubren 72 cuadras y hay muchas razones para desear la vuelta del tranvía a San Telmo. En primer lugar, es un servicio no contaminante, ya que no consume combustibles fósiles. Además, usa el espacio público de modo racional y se pueden poner en funcionamiento unidades históricas, revitalizadas. El tranvía es un sistema de transporte rápido, económico, pintoresco y, como dijimos, ecológico.

  • Recorrido y características:

Hay varias ciudades en el mundo que usan el tranvía como medio de transporte. Una de ellas es Estambul (Turquía), donde se conoce con el nombre de “El Tranvía Nostálgico” uno de los tres servicios de transporte con que cuenta esa ciudad y que es muy usado para los numerosos turistas que la frecuentan.

Podríamos imaginar una comparación con ese servicio. No es difícil suponer un nombre parecido para un tranvía que circulara por nuestro barrio, a partir de su inclusión en el proyecto de Renovación del Casco Histórico; por ejemplo: “Tranvía Nostálgico San Telmo”. Sería un servicio muy adecuado para turistas y para cualquiera que desee evitarse caminar -como mínimo- siete cuadras debido al retiro de las líneas de ómnibus.

El recorrido sería por la calle Defensa desde la calle Hipólito Irigoyen -límite norte- hasta la Av. Juan de Garay, llegando prácticamente al Parque Lezama -límite sur-. Este trayecto, como se indica, se desarrollaría completamente dentro del área del Casco Histórico, cuyos límites no abandona en ningún momento. Son catorce cuadras, con una extensión estimada de dos kilómetros. Para comparar, “El Tranvía Nostálgico” de Estambul recorre 1,6 km y el recorrido de los de la Asociación Amigos del Tranvía en Caballito, CABA, es de 2 km. El itinerario de ida y vuelta tendría que ser sobre una única vía de dos rieles, que podría ser la calle Defensa donde existía históricamente.

Lo ideal sería que los coches fueran los originales, restaurados y con el mismo número de línea que los que cumplían ese trayecto hace 80 años -los de la empresa Anglo (nombre nostálgico si los hay)- y, por supuesto, eléctricos. En Estambul, las líneas de alimentación (cables aéreos que transmiten la energía eléctrica) son las conocidas como catenarias. En este proyecto se incluiría la instalación de alumbrado e iluminación especial, haciendo del regreso del tranvía una fiesta.

Sería un gran cambio para la calle asignada, que dejaría de ser vehicular (transporte automotor) para ser una arteria adoquinada exclusiva para peatones, tranvías y bicicletas y con veredas accesibles para el ascenso y descenso de pasajeros. En Estambul, las calles son de hormigón articulado, más amigables con el peatón. Seguiría siendo una calle peatonal, pero siempre con el atractivo de recuperar el tranvía.

Podemos, entonces, imaginarnos al “Nostálgico” desplazándose a lo largo de una calle eminentemente comercial, donde predominan los negocios especializados en antigüedades, pasando frente al Mercado de San Telmo y vinculando -en su recorrido- tres iglesias. El punto de salida o de llegada sería el Parque Lezama y tendría parada en los Altos de San Pedro (conocido como Plaza Dorrego). Las estaciones serían cinco: Plaza de Mayo, Avenida Belgrano, Avenida Independencia, Plaza Dorrego y Parque Lezama.

El horario estimado de funcionamiento sería entre las seis de la mañana y las nueve de la noche, con una frecuencia de cinco a diez minutos. Los coches tienen capacidad para cuarenta pasajeros sentados.

Para agregarle una nota de singularidad histórica, los encargados de conducir el tranvía (conductor y guarda) usarían una vestimenta especial, similar a la que se usaba en 1900.

  • Importancia del apoyo popular

1º) De los vecinos

Es muy importante el mayor acompañamiento y aprobación posible de los vecinos, que deben ser consultados. Como en cada proyecto, se debe aprender de la experiencia y evitar lo actuado en iniciativas anteriores en las que no se han tenido en cuenta la participación vecinal, incluida una recolección de firmas. Cabe recordar que hace muchos años atrás a través del Presidente de la República de San Telmo, el recordado Manuel Enrique -Quique- Fernández, se juntaron alrededor de 10.000 firmas, se presentó el proyecto en la Legislatura de ese entonces para traer el tranvía a nuestras calles y no se sabe qué pasó…

2º) De las organizaciones barriales

Una de ellas es precisamente “La República de San Telmo”. Su principal objetivo es la defensa de la cultura, la seguridad y el cuidado del medio ambiente. En este caso también se propondría facilitar el transporte a los vecinos, evitando la caminata de siete cuadras o más debido al traslado de las líneas de transporte automotor a las avenidas circundantes. Se debería llamar a una asamblea para discutir las ventajas y los pormenores del funcionamiento del tranvía “Nostálgico”; las conclusiones constarían en un acta que sería elevada ante el organismo correspondiente (por ejemplo, Jefatura y Legislatura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires).

3º) De los clubes del barrio

Los clubes barriales suelen funcionar como motor de proyectos importantes y mientras mayor sea el apoyo popular, más posibilidades hay de concretarlo. Una presentación con la adhesión, por ejemplo, del Club San Telmo -Institución histórica del barrio- tendría un peso importante en los organismos de decisión.

Asimismo, sería fundamental vincularse con la “Asociación Amigos del Tranvía y Biblioteca Popular Federico Lacroze”-creada en 1976 únicamente por amor al tranvía- institución sin fines de lucro conformada por contribuyentes voluntarios. En la actualidad tiene a su cargo un paseo dominical gratis en el que abarca un circuito de 2km (similar a este proyecto). Es ineludible intercambiar ideas con uno de los pocos organismos donde todavía quedan personas que saben todo o casi todo, sobre el tranvía. No hay institución más apropiada para llevar a cabo este proyecto, ya que sus objetivos son coincidentes: conservar, recuperar, volver a poner en servicio antiguos coches de tranvías y así evitar que se pierdan en el olvido cuando ha sido un medio de transporte seguro y pintoresco que fue dejado de lado -en su momento- por la irrupción de los colectivos.

En dicha reunión se deberían tratar distintos temas relacionados y requerir información, evacuando diferentes interrogantes como, por ejemplo:

  1. ¿Es un proyecto viable? ¿Lo consideran una buena idea?
  2. ¿Qué empresas podrían emprender la obra y su posterior explotación?
  3. Presupuesto, tanto del proyecto como del mantenimiento del servicio.
  4. ¿Es posible usar las antiguas vías?
  5. Características de los coches y sus modelos ¿Hay en existencia?
  6. Si no hubiere ¿Se pueden adaptar los coches subterráneos sacados de la línea A, si todavía existen?
  7. Análisis del recorrido, tiempos, estaciones o paradas, con un solo coche reversible, ida y vuelta, costo del servicio y formas de implementación.
  8. Personal necesario: motorman, guarda, mecánicos, etc.

Todos estos encuentros con vecinos de San Telmo a través de sus diversas organizaciones, y con Los Amigos del Tranvía, deberían dar como resultado una propuesta de implementación a seguir que incluiría el estudio de factibilidad, el técnico-económico, estudios de impacto ambiental, social y urbanístico, la articulación con diversos intereses, como el histórico, el cultural, el turístico y el comercial -teniendo en cuenta que este último adquiere mucha importancia, por la necesidad de financiación del proyecto-, además de la vinculación con los espacios públicos y el medio ambiente para los posibles 100.000 usuarios.

Consideraciones finales:

Si bien lo ideal sería la inclusión de este proyecto como parte de la obra “Reconstrucción del Casco Histórico” que encara la Ciudad, debemos tener en cuenta que, como en cada emprendimiento urbano, se ponen en juego muchos intereses. Es un sueño a concretar, difícil, como todo sueño, pero no imposible.

                                                                       Ing. Vial Mario Briski

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