DE PISTA DE ATLETISMO A FACULTAD DE INGENIERÍA… PASANDO POR FUNDACIÓN EVA PERÓN
José Sellés-Martínez
Programa de Historia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA
La presencia de la Facultad de Ingeniería de la UBA en la manzana delimitada por las calles Azopardo, Estados Unidos, Av. Paseo Colón y Av. Independencia no es casual, sino que se remonta a mucho tiempo antes de que el edificio construido para la Fundación Eva Perón fuera asignado a la Universidad de Buenos Aires para que allí se instalara dicha Facultad.
En el principio era la playa…
Hasta que se iniciaron los trabajos de relleno para la construcción del Puerto Madero en el año 1887, la playa de Buenos Aires estaba algunos metros por debajo de la actual Av. Paseo Colón. Luego de realizadas las obras quedaron sobre el sector oriental de la avenida numerosos terrenos, inicialmente fiscales, que fueron siendo ocupados por diversos dueños y con aún más diversos destinos. De uno de ellos, el comprendido entre Paseo Colón, Independencia, Azopardo y Estados Unidos, nos ocuparemos en esta nota que tiene su origen en el minucioso trabajo de investigación realizado por la Dra. Beatriz Baña con referencia a los proyectos nunca concretados de construcción de edificios para la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y a quien agradecemos profundamente la gentileza de habernos permitido utilizar muchos de los datos que se incluyen en los siguientes párrafos.

En el Catastro Beare, realizado en torno a 1860, la manzana que hoy ocupa la facultad de ingeniería era parte de la playa que se extendía a lo largo de la Av. Paseo Colón y era cubierta por las aguas del río durante las sudestadas. El mapa muestra el sector comprendido por las Paseo Colón, Independencia, Estados Unidos y Defensa. La cortada Dr. J. M Giuffra en ese momento se llamaba Luján

La Av. Paseo Colón a fines del siglo XIX. Las vías corresponden al ferrocarril que hacía el recorrido desde la estación ubicada en las actuales Leandro Alem y Rivadavia hasta el puerto de la Ensenada. Puede observarse que el relleno alcanza el nivel de las vías y a su derecha puede verse el talud que muestra cuál era el nivel del terreno antes de iniciar el relleno. Existen imágenes anteriores a esta, en las que puede observarse que las vías se encuentran elevadas y apoyadas en un viaducto de columnas de hierro.
La manzana es asignada a la UBA
En 1914, por un decreto del 27 de agosto de 1913 se transfirió a la UBA la manzana ubicada entre las calles Paseo Colón, Azopardo, Independencia y Estados Unidos, con el objetivo de construir allí el edificio para la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Es importante señalar que, en esa época, tanto la carrera de Ingeniería como la de Arquitectura dependían de esta facultad. Recién tres años después, en 1917, la Municipalidad hizo entrega formal de los terrenos a la UBA y el Consejo Directivo resolvió “autorizar al señor Decano a realizar los gastos que requiera la posesión y conservación de la indicada manzana de tierra”. Como había ocurrido con anterioridad, una cosa era que la Facultad consiguiera los terrenos para construir el nuevo edifico que necesitaba y otra que consiguiera el dinero para hacerlo…
Es así que, dado que la construcción no se iniciaba, en su sesión del 9 de noviembre de 1918 el Consejo Directivo accede a la solicitud del Centro de Estudiantes de Ingeniería para hacer uso del terreno como campo de ejercicios físicos. Las idas y venidas con proyectos de edificios y nuevos terrenos para su construcción son una constante en esos años, pero el momento de construir nunca llega. Es así que poco tiempo después, en octubre de 1921, el Consejo ratifica la autorización de uso brindada y accede a la solicitud del Centro de Estudiantes de Ingeniería para gestionar de los poderes públicos el arreglo del terreno a fin de dejarlo en condiciones de servir de campo de deportes mientras la Facultad no resuelva darle otro destino. Entre las idas y venidas de las gestiones por fondos e incluso por otros terrenos de mayores dimensiones, este uso deportivo se prolonga en el tiempo y queda registrado en las primeras fotografías aéreas de la ciudad. Durante mucho tiempo, el uso deportivo fue compartido con el Capítulo Universitario de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA), que tenía un estrecho contacto con el Centro de Estudiantes.

El predio con la pista de atletismo visto desde la vereda este de la Av. Paseo Colón. La foto es anterior a 1937, cuando se traslada a la plazoleta el “Canto al Trabajo” de R. Yrurtia. Sobre el lado derecho se ve el edificio de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, que terminó de construirse en 1937 y fue inicialmente sede de YPF

Fotografía área de 1940 en la que puede distinguirse la pista de atletismo y algunas construcciones sobre la calle Independencia.
De la Facultad a la Fundación… y nuevamente a la Facultad poco tiempo después
De acuerdo con la información conservada en los archivos de la UBA, 18 de noviembre de 1949 se aprobó la venta del terreno a la Fundación Eva Perón. Sin embargo, en 1950, el Congreso Nacional sanciona una ley por la cual se obliga a la UBA a ceder gratuitamente dicho terreno a la Fundación y el 30 de marzo de 1951 el Rector firma la escritura traslativa de dominio de la propiedad. La construcción del magnífico edificio se realiza con rapidez, inaugurándose en el año 1953.

Vista de las estatuas colosales colocadas en el coronamiento del edificio de la Fundación Eva Perón sobre el frente principal que da a la Av. Paseo Colón. Las torres que se distinguen a media distancia sobre el costado derecho corresponden a la iglesia de San Pedro Telmo.
Pero los avatares de la historia llevan a la Revolución Libertadora y a la desaparición de la Fundación. El edificio es vandalizado en parte y las estatuas son retiradas. El predio es transferido nuevamente a la Universidad en 1956 y asignado a la Facultad de Ingeniería, tal cual había sido el proyecto inicial cuarenta años antes. Pero esta vez la UBA se encontraba con un edificio monumental ya construido y que ha ocupado ya por casi 70 años. En su frente y a nivel del suelo luce hoy en día una única estatua, la del Ingeniero Luis A. Huergo, primero en obtener ese título en la Argentina, cuando los estudios de la especialidad se realizaban en la Manzana de las Luces. El monumento se encontraba originalmente ubicado en el patio del viejo edificio de la Manzana de las Luces, que fuera demolido en la década de 1970.





















