La miel para el desarrollo social

Julio Enrique Di Giovanni es contador y vecino de San Telmo.  El año pasado presentó un informe sobre los beneficios de los productos de la colmena (miel, polen, jalea real, propóleos, apitoxina y cera virgen), para usos varios. Como resultado de su análisis, aportó una propuesta con fin social: una golosina con alto contenido de hidratos de carbono y proteínas para que se distribuya en escuelas, colonias infantiles, hospitales, barrios, etc.; para satisfacer las necesidades de nutrientes en los niños. Aquí un resumen del informe:

Partiendo de la base de que el consumo anual per cápita de productos de la colmena es bajo y que hay una “propensión del mercado a ofrecer productos falsificados y/o adulterados (…) Debe considerarse que la falta de cultura en el consumo de estos productos, hace que los destinatarios en general, carezcan de elementos de juicio para poder discernir sobre la calidad de los mismos (…) De modo que habrá que revertir una idea perversa sobre la identidad del producto. Cabe aclarar que el Código Alimentario Argentino es suficientemente preciso en cuanto a sus definiciones sobre miel, por lo cual, solo es necesaria su estricta aplicación”.

Los usos de la miel son diversos, desde gastronómicos (se utiliza principalmente en la cocina y la pastelería), terapéuticos (tiene propiedades antimicrobianas y antiséptica, ayuda a cicatrizar y a prevenir infecciones en heridas o quemaduras superficiales, es empleada en cosmética, es tónico del músculo cardíaco y regulador del aparato circulatorio, muy benéfica en afecciones respiratorias, tiene efectos antioxidantes y antivirales y es muy usada para aliviar la tos), energéticos por su alta capacidad calórica (cerca de 3,4 kcal/g) y hasta como conservante.

Todo lo antes dicho es la base de la propuesta de Julio, que tiene múltiples virtudes:

“Sabemos que una dieta básica que satisfaga las dosis elementales e indispensables de nutrientes, especialmente en niños de ámbitos carenciados, garantizará para ellos y la sociedad, un desarrollo intelectual y físico trascendental a futuro, en quienes lo merecen por su dignidad y derecho inalienable de personas y hermanos. La miel posee un alto contenido de hidratos de carbono y el polen un alto contenido en proteínas. La propuesta es desarrollar un alimento que, con la concurrencia de ambos, combine las dosis diarias necesarias para cubrir eficiente y suficientemente los requerimientos de ambos nutrientes.

El formato podría ser el de una golosina o cualquier presentación viable y atractiva para los niños”.

                                                                                              Clara Rosselli

 

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