Las fuerzas del cielo han hablado

«Un tornado arrasó a tu ciudad y a tu jardín primitivo. Pero no, mejor no hablar de ciertas cosas…» (SUMO).

El tema ambiental debería ser central en todo lo que ordene nuestra vida, porque de él se desprende y se relaciona todo lo demás. Si no están las condiciones dadas para una vida adecuada, el resto carece de sentido.

Nuestra civilización llegó hasta este estado crítico, sencillamente, por entender y relacionarse con la Naturaleza como una COSA que podemos manipular a nuestro antojo. Hay quienes no comprenden que somos una parte de ella y eso hace que -en general- nos comportemos como si fuéramos los CEOs de la Naturaleza. Esta visión provoca que si algo nos molesta lo eliminemos, sin ni siquiera tomarnos el tiempo para pensar.

Quizás el reciente temporal nos haga reflexionar un poco, aunque lo dudo porque lo importante pareciera que siempre es otra cosa.

Aunque decidamos hacernos los boludos, fingir demencia (como se dice ahora), la crisis climática esta acá presente y nos va a acompañar hasta el fin de nuestros días y el fin de los días de todas las generaciones subsiguientes y próximas…

Algunos por IDIOTEZ e IGNORANCIA piensan que esto es un invento de “los zurdos” y muchos se contagian de esa idea. La gran mayoría de los líderes políticos se muestran diferentes y declaman que hay que cuidar el medio ambiente, pero en el fondo, no les importa y siguen convalidando prácticas ambientalmente perjudiciales.

Quizás la única diferencia sea la bajada de línea que hacen unos y otros, pero en el estado que están las cosas ya ni siquiera importa eso, porque el presente amerita ACTUAR RÁPIDO. No se necesita ni marketing verde, ni negacionismo.

En el mundo tampoco hay mucha diferencia. Sistemáticamente, COP tras COP (conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) no logran ponerse de acuerdo ni en las metas, ni en las maneras de lograr no sobrepasar un aumento de 1.5 grados en la temperatura promedio global.
 

¿POR QUÉ? Sencillamente por el sistema capitalista, así de simple. Un sistema que ya está tan caduco como el comunismo, pero con la diferencia que mantiene todo el poder aún a costa de la vida. Esta aseveración es pronunciada y repetida en el mundo académic

Este desastre ambiental, que ya empezó su proceso y evolución (cuyo causante comprobado es la acción humana), está dado básicamente por la acumulación de CO2 -producto de la quema de combustibles fósiles- que causa un tremendo acopio de energía en la atmósfera. Esta energía potencia en extremo a los fenómenos climáticos, haciéndolos más intensos y destructivos.

La mayor parte de la población mundial se concentra en ciudades. Este proceso de urbanización genera urbes más grandes y densas. Argentina se encuentra entre los países más urbanizados del mundo; ya en el 2010 el 92% de su población era urbana, a comparación del 75% en Europa, 82% en EE. UU y muy por encima del 54% de la media mundial.

La vida en las ciudades y centros urbanos, que no son ambientes naturales, son los lugares en los cuales el cambio climático va a pegar con más fuerza. Es por lo que, en muchas ciudades, se están haciendo enormes esfuerzos para adaptar las infraestructuras urbanas a fin de que la vida en ellas sea sostenible. Una de esas ciudades que ha tomado la delantera es París, donde se prevén olas de calor con temperaturas de 50ºC.

La principal HERRAMIENTA NO ESTRUCTURAL para mitigar el cambio climático, es el ARBOLADO y está determinado así por la ONU, la cual definió -en su declaración de 2019- a las áreas urbanas como uno de los 8 ecosistemas a restaurar por medio de la REVEGETALIZACION.

Lo que pasó durante el reciente temporal con la enorme caída -sin precedentes- de árboles en CABA, se debe considerar como un DESASTRE AMBIENTAL, cuyo mayor responsable es un gobierno que se ha especializado en tomar al arbolado como un negocio y lo ha sometido a podas brutales, en modo sistemático, durante los últimos años. Este sistema de muerte lo han replicado con éxito gran cantidad de municipios sin distinción de partidos políticos gobernantes: desde Berisso hasta San Isidro, desde La Plata hasta Lomas de Zamora, desde Avellaneda hasta Vicente López.

CABA tiene el poder simbólico de legitimar casi cualquier cosa, en todo el país. Desde los tiempos de la colonia hasta nuestros días, no ha cambiado nada.

Es tan brutal el accionar del Gobierno de la Ciudad que cuesta aceptarlo. En todas las instancias judiciales por este tema, en un proceso ya bastante largo, la Justicia dictaminó que el GCBA y las juntas comunales no respetan la ley 3263/2009 de arbolado urbano ni las sentencias judiciales que siempre han favorecido al arbolado y establecido que el gobierno debe modificar su accionar. Dilaciones tras dilaciones… Siguen haciendo lo que quieren.

Las consecuencias están a la vista: ARBORICIDIO. Los efectos de este accionar son conocidos por todos los jefes comunales, las autoridades pertinentes del ejecutivo, los contratistas, etc., porque la sentencia judicial así lo determinó.

¿CUÁL ES EL PROBLEMA? El presupuesto de arbolado es uno de los más grandes del GCBA y acorde a ello el anterior jefe de Gobierno dispuso un plan por el cual se hacen podas sistemáticas y recurrentes en toda la ciudad. Se pasó a un sistema en el que se poda por corredor, es decir se podan TODOS los árboles de una cuadra sin distinción, cuando la poda correcta es SELECTIVA, porque solo se debe hacer si es imprescindible ya que implica graves perjuicios para el ejemplar.

Esta metodología se dio casi a la par con el cambio de luminarias públicas a LED, en lo que puede ser leído como uno de los bochornos más grandes de esa gestión. Las luminarias led colocadas tenían menos potencia lumínica que lo especificado en el pliego de licitación; por ende, el que perdió fue el arbolado y la ciudadanía, con una disminución de sus beneficios ecosistémicos. Empezaron a ser cada vez más frecuentes las podas por «despeje de luminarias» debido a la ineficiencia en la potencia de estas y a su colocación, sin considerar el arbolado preexistente. Las consecuencias de la falta de visión integral del espacio público pretenden ocultarse, comunicando que la poda es por NUESTRA SEGURIDAD.

Al hacer las podas de REFALDADO, es decir ir elevando la copa del árbol, se va dejando expuesto en demasía al tronco. Como resultado. podemos ver árboles con ramas principales muy largas con un aspecto de PLUMERO.

Cuando los mamíferos ni siquiera estaban en la vida de nuestro planeta, los árboles ya hacían 100 millones de años que existían. Sencillamente por esta razón son seres vivos que están, increíblemente. adaptados y evolucionados.

El árbol al crecer se va adaptando al entorno que lo rodea para poder VIVIR y lo hace realmente de una manera sofisticada, los mecanismos que ha desarrollado son muy eficientes ya que -como NO puede trasladarse- se las ingenia para pasar veranos e inviernos sin problemas.

Pero en los entornos urbanos donde los cambios son muy rápidos, muchas veces no le da tiempo a adaptarse adecuadamente y esto le genera un estrés importante que afecta su supervivencia.

Volviendo a las podas brutales, hacerlas provoca -entre las muchas situaciones que debe enfrentar el árbol urbano- la aparición de infecciones y un desbalanceo en su energía que lo hace más débil, ya que hace un esfuerzo para compensar lo que le arrancaron. Pero, fundamentalmente, al perder una parte importante de su copa pierde su protección ya que las hojas y ramas funcionan como escudo frente al accionar del viento. Cuando aparece un viento con fuerza considerable genera muchísima más presión sobre el tronco, que ahora está DESNUDO o con ramas de mucho menor porte. Esto afecta a su coeficiente de seguridad y el estrés por rotura aumenta.

¿LAS CONSECUENCIAS? ¡¡Las que vimos luego del temporal!!

¡Mención aparte es lo que viene ocurriendo en los bosques de Palermo (ver informes técnicos en https://basta-de-mutilar.mailchimpsites.com/relevamientos) donde hace años la gestión por parte del GCBA ha sido DEMENCIAL! Y, en muchos casos, también ha sido responsable de este DESASTRE AMBIENTAL.

¡Parece que LAS FUERZAS DEL CIELO HAN HABLADO! Ojalá no sigamos comportándonos como si no pasara nada.

                                                                       Texto y fotos: Jorge Carrachino

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